AZUCENA URESTI
AZUCENA URESTI
Ernesto Hernández
Norzagaray
“El presidente, afirma la periodista Azucena Uresti
al salir del noticiario estelar del grupo Milenio, se empeña en hacer como que no conoce mi
nombre, en fingir que no sabe cómo me llamo, y de esa manera, también
discriminar, porque el presidente
es misógino, porque el presidente
es un agresor constante de las mujeres, ha sido un agresor
constante de mi persona….“A mí no me asusta que el presidente me nombre en sus
‘mañaneras’ porque, yo, si me
equivoco, sí puedo aceptarlo, no como sucede en Palacio Nacional”…
para rematar señalando que “el periodismo está bajo acoso”.
Estas palabras empoderadas para muchos fueron
definitivas para que Uresti abandonara su programa Azucena a la 10 que
durante 20 años fue un espacio informativo veraz y oportuno que con su frescura
se puso del lado de los ciudadanos especialmente en los de inseguridad y
violencia que han lastimado severamente la vida de miles de familias durante
los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés
Manuel López Obrador y, como lo dice la periodista, alguna vez amenazada de
muerte por el líder del CJNG, no ha estado exento de presiones gubernamental para
que hiciera un programa menos testimonial y más light.
Solo que con una gran diferencia entre los
presidentes del llamado “periodo neoliberal” y el de la 4T, que en este, así serán
la presiones, decide abandonar su acreditado espacio informativo.
Y es que no es la única periodista que ha salido de
un medio en “circunstancias especiales” este sexenio pues ahí están los casos más
conocidos de Joaquín López Dóriga, Brozo, Denisse Maerker o Carlos Loret de
Mola, entre otros, sin mencionar a los 42 periodistas asesinados y el intento
fallido contra Ciro Gómez Leyva.
No es casual que el gremio periodístico se haya
volcado a defender las razones esgrimidas por Azucena Uresti, incluso, hay por ahí
un análisis de la conversación sobre el caso donde un alto porcentaje menciona
que detrás de su separación está el presidente López Obrador incluso, un buen número
de organismos internacionales de defensa de la libertad de expresión, han señalado
al presidente López Obrador como un enemigo del periodismo crítico -véase el
artículo El episodio Uresti de Raymundo Rivapalacio del 24 de este mes
en El Financiero https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/2024/01/24/el-episodio-uresti/.
Sin embargo, estos pronunciamientos de firmas muy
reconocidas a nivel internacional no parecen hacer mella en el guion que
durante años ha sostenido el residente de Palacio Nacional y es de esperar que
no varie hasta el final del sexenio, y lo peor, de ganar la presidencia de la
República Claudia Sheinbaum es altamente probable que haya continuación en el
tipo de relación del poder presidencial con el periodismo.
Afortunadamente el periodismo crítico tiene callo
pues ha soportado el largo periodo priista donde estaba la idea incrustada de “no
pago para que me peguen” que terminó con el relevo de Julio Scherer de la
dirección del diario Excelsior y la aparición de la revista Proceso. Así mismo,
la crítica a los gobiernos panistas que en distintos momentos se confrontaron
con esta misma prensa crítica y no se diga, con el gobierno de Enrique Peña
Nieto, de manera que el periodismo podríamos decir que pavimentó el camino para
la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
Bien, lo decía Brozo, en un mensaje reciente que él sigue
haciendo el periodismo que antes tanto le gustaba a López Obrador cuando se
trataba de criticar las acciones, omisiones y corruptelas de los gobiernos del PRIAN,
pero, ahora, ese mismo periodismo le molesta al grado que llega a la
intolerancia que se manifiesta con las salidas de un buen número de periodistas
de los medios, quizá, más atemorizados o beneficiados por la publicidad gubernamental.
Así sucede, y la historia se repite, afortunadamente
se conservan espacios que son impermeables a la presión que puede ejercer Palacio
Nacional y esa, es la fortaleza, no sólo de los periodistas sino de una de las
instituciones más poderosas de nuestra vida pública.
En definitiva, Azucena Uresti, muestra con su verdad
y sus dichos contundentes al presidente, no sólo que detrás de ese rostro empático
hay una mujer que no se arrenda frente al poderoso sino, también, que esa forma
de control de los medios de comunicación es débil mientras haya periodistas
dispuestos a confrontar al poder presidencial.
Comentarios
Publicar un comentario