SINALOA, EL ARTE DE TRAGAR SAPOS
SINALOA, EL ARTE DE TRAGAR SAPOS
Ernesto Hernández
Norzagaray
No había dejado de circular en
redes sociales las palabras institucionales del gobernador Rubén Rocha Moya
donde afirmaba que él no iba a meter las manos para defender a Luis Guillermo El
Químico Benítez y, aseguraba que el alcalde de Mazatlán tenía que enfrentar las
acusaciones en su contra ante la Fiscalía y el Congreso del Estado, cuando lo
recibió en su despacho, quizá, le dijo lo mismo que a la prensa: el asunto está
en otras instancias y no voy a interferir en ellas.
El Químico, otrora soberbio, salió
cabizbajo de la oficina y jugó su última carta, pedir auxilio en la capital del
país o mejor, avisar que había hecho lo que le habían recomendado el secretario
de Gobernación, ir y buscar un arreglo con el gobernador.
La última carta dio resultado y en
las primeras horas del martes, el gobernador recibió la orden de subir el tuit que
ya todos conocemos: “A fin de contribuir a la gobernabilidad y a la adecuada
marcha de las tareas públicas del municipio de Mazatlán he decidido invitar a
Luis Guillermo Benítez Torres a integrarse al gabinete como secretario de
turismo”.
Señor gobernador: la
gobernabilidad, no la produce una persona, sino los grupos organizados que tienen
demandas y pueden crear problemas. Al Químico Benítez, en Mazatlán, ni sus
amigos de la Fonda del Chalio lo apoyan, no representó nunca un problema de
gobernabilidad.
Entonces, el tuit derriba el
proyecto de tener el control político absoluto del estado -aunque, bien a bien,
no se sabe para qué- entraba en suspenso y le recordaba que la máxima de “no
mentir, no robar, no traicionar” es solo un slogan publicitario y que él, no es
quien mandaba en el estado, que el poder está en la capital del país, en
Palacio Nacional, y que los gobernadores no se mandan solos y, por lo tanto, tenía
que dar uno, o varios pasos atrás, en su pretensión absolutista.
Y que, de ahí, en adelante, debería
primero consultar en la capital sobre ciertos temas antes de que en el centro
se enteren por la prensa y más, cuando se trata, de afectar a los “amigos” del presidente.
¿Habrá mejor forma de saber que
las viejas prácticas del PRI están de regreso? Aquellas contra las que luchó
Rubén y sus camaradas en la ya lejana juventud. Pero, igual, pregunto, ¿el
presidente se manda solo? ¿los poderes facticos no opinan y él los escucha?
¿No le echarían un lazo al
impresentable Químico Benítez? no tanto para salvarlo de ir al cadalso a sufrir
penas sino para recordarle a Rubén que también ellos deben ser tomados en
cuenta. Que ellos, también mandan.
Rubén, hasta hace unos días
estaba excedido, se creía un gobernador todopoderoso y estaba con la espada
desenvainada dispuesto a metamorfosearse en la ley para impartir una justicia a
su imagen y semejanza y de esa forma impulsar su proyecto de control absoluto. Pero,
muy temprano, fue sacado de su limbo y aspiración política.
Con la orden fue humillado y con
el tuit perdió toda autoridad, y se volvió en el meme de sus enemigos para
empezar del propio Químico Benítez y el exalcalde culichi Jesús Estrada Ferreiro,
que festejaron la decisión de Palacio.
Estrada ya sabe el caminito de la
redención en la 4T y buscara recorrerlo, aunque no es seguro que obtenga el
mismo resultado.
Y, si eso ocurrió, a través de un
moreno menor y sin asideros populares, habría que considerar qué pasaría si
Rocha Moya continúa con su objetivo de apropiarse de la UAS.
Los hilos de Gobernación no están
ausentes y debe pensarlo dos veces si quiere continuar con éxito su propósito
de relevo en la casa Rosalina. No vaya a ser que también se le frustre. Entonces,
el golpe recibido no le garantiza más que el nombramiento de gobernador
guardado en algún lugar de su casa.
Palacio Nacional y el Palacio de
Cobián en Bucareli están mandando mensajes y esos llegan hasta la oficina de
Claudia Sheinbaum.
Rocha Moya, con su alto rating,
en las encuestas de percepción de los gobernadores, la desautorización le
rebaja algunos puntos.
No podrá seguir vendiéndose como
quien tiene el control político en Sinaloa porque, efectivamente, con la
decisión de rehabilitar al vapuleado Químico Benítez está demostrado que el
poder está en otro lado, no en su oficina de Culiacán.
Así que en lo que se calman las
aguas turbias del rio Tamazula veremos a un Rocha Moya evasivo, refugiado en
las redes sociales y cauteloso, a la hora, de tomar las grandes decisiones de
su proyecto de control político del estado.
En tanto eso sucede, en Mazatlán,
para muchos crédulos de su retórica liberadora de la frivolidad y la
corrupción, será persona non grata. Un gobernante que no hace honor a la
palabra, y que miente y traiciona a sí mismo.
Porque ya sabemos, los morenistas
de hueso colorado no ven detrás de esto a AMLO o a López Hernández, sino a
Rubén Rocha, el qué les fallo. Igual lo ve el mazatleco de a pie, el de la
rechifla contra el Químico Benítez, en la inauguración de la temporada de
beisbol.
A él le puede pasar en cualquier
momento lo que alguna vez le sucedió al exgobernador Renato Vega quien luego de
un asesinato de un miembro de una familia de abolengo porteño asistió al
velorio, para brindar sus condolencias, y una mujer, familiar de la fallecida,
lo increpó y lo corrió de la funeraria pues lo culpó de la muerte por la inseguridad
que se había apoderado del puerto.
Se dice que nunca volvió al puerto,
hasta que terminó el trienio Alejandro Camacho, un ex panista hoy morenista, a
quién había acusado injustamente de estar detrás del desplante violento de la mujer.
Los mazatlecos en su historia
reciente han dado muestras claras de poco respeto al poder y la mejor evidencia
es su veleidad política, los agravios los cobran con paciencia de Job, saben
esperar.
Así, que Rocha tendrá que
enfrentar el reclamo, no como sucedió con Renato Vega, porque no van a faltar personas
que fueron perjudicadas por el gobierno de El Químico Benítez o mejor, por los miles
de mazatlecos, que se sienten agraviados por la ineptitud, arrogancia,
frivolidad y la presunta corrupción que estaría detrás del contrato leoninos de
las luminarias de 400 millones de pesos y no perdonan la burla de haberle dado
la titularidad de la secretaria de Turismo.
En definitiva, es muy probable
que la próxima rechifla en el Estadio de los Venados, sea para el inquilino del
Palacio de Gobierno, quien tendrá que tragar sapos ante la soberanía del
silbido público, el reclamo anónimo y multitudinario.
Al tiempo.
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