QUIRINO ORDAZ COPPEL, EMBAJADOR DE MEXICO EN ESPAÑA
QUIRINO
ORDAZ COPPEL, EMBAJADOR DE MEXICO EN ESPAÑA
La designación del exgobernador
de Sinaloa como nuevo embajador de México en España no fue un mero trámite
administrativo. Desde antes estuvo envuelto en dos brumas mediáticas: Una, la
que surgió desde el momento en que AMLO invitó al todavía gobernador para que
cuando dejara el cargo hiciera maletas para irse a Madrid a lidiar con los
toros que las peticiones del presidente había soltado y no precisamente en el
coso de Las Ventas sino en el corazón político de España, esto, es, en los Palacios
Real y la Moncloa y, si esto es mucho, ahí estaban también los toros sueltos de
Insurgente sur en la Ciudad de México y algunos en Sinaloa.
No son tiempos de transiciones
fáciles y lo sucedido estaba previsto, Morena como partido en el poder, y sobre
todo porque quién manda ex oficio lo
había palomeado, quizá eso hubiera hecho innecesario el discurso meloso y un
feminismo fuera de lugar de la senadora morenista Bertha Caraveo que se desbordó
en elogios cuando señaló que Quirino Ordaz: “Comparte los valores de la lucha
por la igualdad sustantiva entre los individuos, pero sobre todo, y como lo
desearía Benito Juárez, también entre las naciones”, menos excedida fue la
diputada petista Cecilia Pinedo quien señaló burocrática y formalmente que la
distinción en el nuevo encargo es: “un reconocimiento a su trayectoria,
experiencia y resultados, incorporando en funciones de Estado a los mejores
mexicanos independientemente de su origen”.
Así que las voces críticas
vinieron de los senadores del todavía su partido, el PRI, cuando Miguel Osorio
Chong, el coordinador del tricolor en la cámara alta, afirmó, que el rechazo es
producto de que “no entregó buenas cuentas al PRI” en las elecciones estatales.
Una expresión que huele a un reclamo por traición, de que Quirino jugó a que en
Sinaloa ganara Morena y su aliado, el PAS, aun cuando los pronósticos siempre
fueron favorables al partido del presidente y, quizá, eso también explica el voto
en contra del senador Mario Zamora, quien recordemos fue candidato a gobernador
por la alianza PRI-PAN-PRD. Este argumento es más convincente que el de una
cuestión de disciplina partidaria que si hubiera sido unificada tendría algo de
razón, pero los senadores priistas votaron siete en contra y cinco se abstuvieron.
Pero, bueno, aquello quedó para la
memoria del Senado y del PRI, ahora es momento de reflexionar sobre la agenda
que llevará en su portafolio el embajador Ordaz Coppel, el sentido común nos
dice que serán de tres tipos:
Una, de entrada, lavar la imagen
del México obradorista que está plagada de malas noticias y cuestionamientos al
presidente López Obrador, sea de la derecha o líderes de opinión liberal;
Dos, el llamado “perdón” que
solicitó el presidente López Obrador al rey Felipe VI por los crímenes cometidos
por los españoles durante el proceso de conquista y colonización de los pueblos
originarios y,
Tres, a mi juicio, el más
importante racionalmente que es el de los inversionistas españoles en nuestro
país.
Hasta ahora, el obradorismo ha
tenido poca y mala prensa en España, los grandes medios de comunicación
prácticamente no lo tienen en su radar informativo y cuando sucede es por malas
noticias. Cómo lo constatamos recientemente en la RTVE y el diario EL País, con
los casos de la llamada Casa Gris que muestra al hijo del presidente teniendo un
estilo de vida por encima del relato de la austeridad y, no menos ventilado, han
sido los sucesos trágicos del estadio de La Corregidora en Querétaro.
Quirino en ese sentido deberá ir
preparado para salir bien librado de una prensa muy directa y a la que no le
hacen mucha gracia lo que define como populismo de izquierda. No será fácil para
un político formado en el PRI neoliberal y pragmático. Quizá, por eso. los
senadores morenistas en las entrevistas previas al ungimiento fueron, nos
dicen, muy insistentes en que el embajador debería ir a defender las políticas
y posiciones de la 4T. Quirino tiene a su favor que no es un político engorroso
si no es directo y eso bien administrado, puede servirle mucho, por la forma de
ser igualmente directa de los españoles.
El lugar del “perdón” por los
agravios cometidos en la etapa colonial no será, seguramente, al menos de
entrada, el centro de preocupación del embajador por razones obvias, la distensión
de los ánimos de confrontación es la principal tarea para ir a lo otro, crear
un canal de comunicación fluido con los factores reales de poder porque en la
medida que se logré podrá ampliar la agenda de la embajada.
Nada fácil cuando los focos de
atención están en la participación de España en la guerra de Ucrania. Donde,
hay que decirlo, España como miembro de la OTAN tiene una postura completamente
distinta a la México en materia de auxilio de las fuerzas militares que apoyan
al presidente Volodímir Zelenski. Y que esperemos no sea un elemento que
agudice las diferencias entre ambas naciones.
Finalmente, AMLO, seguramente
cuando decidió invitar a Quirino Ordaz como embajador de nuestro país en España
tomó en cuenta el perfil de empresario turístico ya que eso es de fundamental
importancia para establecer canales de entendimiento con quienes son los
pivotes de la segunda economía extranjera en nuestro país.
Difícilmente un político,
político, generaría una atmosfera de confianza para discutir sin prejuicios los
temas de la relación económica bilateral. Quirino, es un empresario promedio en
su pragmatismo y sabe administrarse.
Está demostrado en su paso por el
gobierno de Sinaloa que a los problemas había que buscarle salidas rápidas,
económicas, duraderas o, simplemente, si no se podía dejarlos de lado. Y, en
específico, en el renglón turístico, que lleva en su agenda el incremento y la diversificación
de los flujos de inversión para de esa forma traer mayores caudales de
turistas.
Por último, no puedo dejar de
mencionar que los esfuerzos y logros del ya embajador dependerá mucho del apoyo
que reciba del presidente López Obrador en las conferencias mañaneras porque lo
que pueda lograr de mejoría en las relaciones bilaterales puede lastimarse,
caerse, con una declaración tremendista por más que sea esgrimido el tema de
los principios. La embajada empieza, hay que decirlo, en ese púlpito matutino.
Al tiempo.
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