MI AMIGA BRILLANTE

 

MI AMIGA BRILLANTE

 

Una de las cosas buenas que nos ha acompañado en estos largos meses de pandemia han sido, sin duda alguna, el internet y con la red, la puerta de entrada al mundo del cine desde la comodidad de la casa. Eso ha hecho más llevadero el encierro porque siempre hay una novedad en cartelera que corre de boca en boca. Esta semana llegó una serie que estaba esperando y está basada en la gran obra de la enigmática Elena Ferrante. A esta autora la conocía de oídas gracias a mi amiga lectora Leticia Barraza quien me preguntó si había oído hablar de ella. Me la recomendó ampliamente y prueba de ellos es que sus cuatro novelas autobiográficas rápidamente fueron traducidos a múltiples lenguas convirtiéndose no en un best seller sino en toda una revelación.  Le respondí que no y que la buscaría. Rápidamente la encontré en Amazon y compré una de ellas como E-book. Tenía mis reservas sobre todo porque a la Ferrante nadie la conoce físicamente. No hay ni siquiera una foto suya y, más enigmático, no se sabe, si es hombre o mujer. Un caso raro en la literatura, pero no único. Tenemos, entre otros casos similares, a Isaak Denisen, quien escribió teniendo como seudónimo el de Karen Christence; Stephen King, alguna vez firmó como Richard Bachman; incluso, el gran George Orwell, lo hizo alguna vez como Eric Arthur Blair y Mark Twain, como Samuel Langhorme. Otros libros simplemente se publicaron como obras anónimas y nunca sabremos de su autoría: Las Mil y una Noches. La Búsqueda del Santo Grial. O los Nibelungos. Todos ellas grandes obras que han pasado a la historia de la literatura. Esta singularidad del anonimato le da un toque de misterio que tiene el riesgo de no ser considerada una obra seria. Que no se somete a los patrones convencionales de la crítica, pero en este caso, su calidad habla por ella misma. Sin embargo, este misterio que le ganó a la Ferrante el mote de la “saga napolitana” por supuesto no resultó una engañifa sino una obra potente llena de luces, matices y oportunidades. El lector descubre una gran historia construida con delicadeza sobre las atmosferas y los personajes de un barrio pobre de Nápoles en los primeros años de la segunda posguerra.  El caleidoscopio son las niñas Elena Greco (Lenú) y Rafaella Cerrullo (Lila). Ambas, había nacido y crecido en el mismo barrio, y eran testigos cotidianos, de un entorno marcado por la violencia familiar y un medio social dominado por dos familias poderosas que imponían su voluntad al resto.  Sin embargo, no es una historia más de violencia, que sería una historia fácil, sino de la capacidad de resistencia, inteligencia y ambición innata de las amigas napolitanas. Es el cimiento de una gran amistad que vendrá acompañado de los libros que pulen su carácter y se sitúan por encima de los mentideros propios de los pueblos pequeños donde todos se conocen y conocen todo. Esto suscita entre ellos una competencia sana, pero, jaloneado por saber más sea filosofía, latín o griego. Y en esas condiciones se empiezan a cuestionar los valores de una sociedad tradicional, patriarcal, autoritaria. No siempre salen bien libradas. Enfrentarse al estatus quo siempre tendrá sus riesgos y costos. Pero, aun en la adversidad, siempre hay una posibilidad, alcanzar cuotas de libertad, por eso esta obra es un elogio a la educación. Como instrumento liberalizador.  Esta obra mayor fue llevada al cine por HBO Prime bajo el título La Amiga Brillante y, recientemente, se ha incorporado al catalogo y la verdad es toda una revelación los escenarios, la actuación, los parlamentos, la fotografía, la música, el vestuario. Se dice que la obra cinematográfica fue revisada con todo detalle por el autor (a) enigmático. Y, creo, que es una serie muy oportuna para estos días sombríos por el valor que le otorga a la amistad y la educación que siempre serán grandes compañeras. Sin las muestras de amistad de las que hemos sido testigo la tragedia sería otra, rabiosamente mayor, así que, bien vale, la pena ver esta serie en compañía de la familia y de los amigos o sí se quiere disfrutar a través de la lectura de las novelas de la Ferrante. Enhorabuena!