¿ES POSIBLE SUSTRAERSE DEL SISTEMA MAFIOSO?
¿ES POSIBLE SUSTRAERSE DEL SISTEMA MAFIOSO?
Ernesto Hernández
Norzagaray
Un candidato de cualquier partido
o coalición a un cargo de elección popular y ya en funciones un alcalde, un
regidor o un diputado, un fiscal, un secretario o director de seguridad pública
o un comandante de la policía ¿podría sustraerse de la presión o control del
crimen organizado en la mayoría de los estados y municipios de la federación?
Preguntémonos si puede suceder en
Guanajuato, Guerrero, Estado de México o Sinaloa, por mencionar, los más
mediáticos de las últimas semanas y hasta podría ser una pregunta políticamente
incorrecta, pero, necesaria, si se quiere tener una estrategia integral del
problema porque frecuentemente se da por sentado que se puede, si se quiere,
sustraerse de la captura de las instituciones y los propios agentes políticos y
policiales en una pelea entre David y Goliat.
Y es que los indicios parecen
indicar que no, sea por complicidad o desamparo en el acceso al poder.
La intimidación y asesinatos de
decenas quizá, cientos, de candidatos a alcaldes durante las elecciones
concurrentes del verano pasado, el acompañamiento de un comandante de la
fiscalía sinaloense a Ismael El Mayo Zambada en los sucesos del 25 de julio en Culiacán,
la decapitación del alcalde electo de Chilpancingo, el operativo
“enjambre” que llevó a la detención de varios alcaldes en funciones en el
Estado de México y la imagen de un jefe policiaco dándose un tiro mortal cuando
se le leían los cargos de vínculo con el crimen organizado no parece permitir
suponer que políticos y servidores públicos en materia de seguridad puedan
sustraerse del alcance de los distintos cárteles del crimen organizado.
Si no todo lo contrario, para ser
candidato con posibilidad de éxito electoral debe, como lo reconoció, un
gobernador en funciones, que si se quiere gobernar es indispensables “hablar
con ellos” y hablar con ellos, significa pactar frecuentemente protección, impunidad,
condonaciones, cargos públicos, permisos y en algunos casos, contratos en obra
pública o servicios para sus empresas legales, a cambio los grupos criminales ofrecen
“cuidar la plaza” de otros grupos facinerosos.
Ese ha sido por décadas el factor
de equilibrio en muchos estados y municipios donde existe la llamada “pax
narca” aunque, no hay garantía, de que está sea rota, cuando coexisten dos o
más organizaciones criminales disputándose el mismo territorio y mercado.
Alguna vez conversando con una
colega periodista sobre lo que sucedía en Baja California y en Sinaloa, me
decía, que la situación en su estado fronterizo era muy inestable por la
existencia de tres organizaciones que se disputaban esa plaza estratégica para
el trasiego de drogas, en tanto en Sinaloa, solo había una organización, lo que
significaba una suerte de estabilidad mafiosa hasta que, como sabemos, ese
cártel se rompió por una traición que llevó a la captura de Ismael El Mayo
Zambada y Joaquín Guzmán López.
Entonces, cualquier estrategia de
seguridad, debe tener un diagnóstico que reconozca para alcaldes y policías la
dificultad de sustraerse del sistema de relaciones mafiosas que existen en los
estados y municipios pues, no basta ir, por el último político o policía
corrupto, para tener una “política integral” de seguridad pública que, entre
otras cosas, garantice la protección de las instituciones y la vida de los
agentes de gobierno que están bajo presión ya no solo por el dilema que
representa aquello de “plata o plomo” sino de conservar la vida suya y familiar.
Al escribir viene a mi mente la
imagen terrible del joven político decapitado en Chilpancingo, quien, según
trascendidos, su muerte fue la consecuencia de un “no” a una de las
organizaciones criminales que operan en el estado de Guerrero. Que seguramente
quería refrendar posiciones en el gobierno municipal o, en el terreno de las
conjeturas, fue el costo por no haber ganado el “bueno” de los candidatos
-recordemos, que estamos hablando de la capital del estado y quien triunfó fue el
candidato de la coalición opositora.
Y se dirá, ya fue capturado el
presunto culpable que sería, a reserva de que las investigaciones así lo confirmen,
el que iba a ser el secretario de seguridad pública municipal. Pero, este
crimen deja la pregunta en el aire, quien será el próximo alcalde sacrificado o
mejor, cuantos alcaldes en funciones están nerviosos o tienen vigente un
“arreglo funcional” con el sistema mafioso.
Y ahí está el quid de la cuestión,
que muestra los pies de barro, de la política de seguridad pública y es que
acciones tan mediáticas como la del “enjambre” mexiquense o la residencia de
García Harfuch podrían estar respondiendo a la necesidad de legitimarlo en los
hechos, incluso, más allá, como mensaje al futuro gobierno de Trump de que el
nuevo gobierno mexicano está decidido a combatir políticos y agentes que
trabajan para las organizaciones criminales.
Sin embargo, hasta ahora, hay niveles de
intervención como lo indica claramente el caso Sinaloa donde la FGR después de
avanzar rápidamente en el montaje del asesinato de Héctor Melesio Cuén, el
exrector de la UAS y líder del Partido Sinaloense vino un cambio de velocidad
de manera que todo indica que por “razones de Estado” nunca sabremos quienes
estuvieron detrás de esta operación fallida que exhibió a la fiscalía local que
en otros escenarios seguramente hubiera bastante eficaz y oportuna.
Contrastando así, con la
exigencia de AMLO y Sheinbaum al gobierno norteamericano, de que se le
informara sobre lo “que pasó la mañana del 25 de julio” en Huertos del Pedregal
que derivo en el traslado de Ismael El Mayo Zambada hacia territorio
estadounidense donde se le ha iniciado un juicio que podría terminar en una
cadena perpetua.
En definitiva, preguntarse sobre
el margen de sustracción de políticos y agentes ante el sistema mafioso no es
una interrogante menor sino esencial para que el poder político sea capaz de
protegerse a sí mismo y a los ciudadanos, de lo contrario, seguiremos como en
el mito de Sísifo cargando y viendo caer la misma piedra de violencia e
inseguridad pública.
Comentarios
Publicar un comentario